Por Lic. María Eugenia Nano – Dr. Alfredo Stone

Introducción

La ceguera y la deficiencia visual afectan a cientos de millones de personas en todo el mundo. Tradicionalmente, la ceguera no ha sido percibida como un problema importante de salud pública sin embargo en las últimas dos décadas, con apoyo de publicaciones en relación a la costo-efectividad de las intervenciones oftalmológicas, equidad de género y calidad de vida entre otros aspectos la prevención de ceguera ha cobrado importancia hasta llegar a ocupar un lugar de relevancia para la Organización Mundial de la Salud.
En este sentido en el año 1999 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Prevención de Ceguera (IAPB) pusieron en marcha el Programa “VISION 2020: El Derecho a la Visión”, que es un intento de reducir la prevalencia de deficiencia visual y ceguera por medio del control de las enfermedades, perfeccionamiento de los recursos humanos y desarrollo de infraestructura (1). Hoy existe un compromiso importante asumido por oftalmólogos y Sociedades de Oftalmología.
La deficiencia visual tiene importantes consecuencias económicas debido a los costos financieros asociados con la discapacidad visual y la disminución de la calidad de vida ya que quien la padece pierde la autonomía necesaria para caminar, comer o asearse con facilidad, necesitando de la participación de otras personas para el desarrollo de muchas de sus actividades básicas.
A pesar de estos argumentos y sumado a las resoluciones emanadas desde la Asamblea Mundial de Salud, la Organización mundial de la Salud, la Asociación Panamericana de la Salud (2) y el trabajo realizado en prevención de ceguera por IAPB en el marco del programa VISION 2020 el apoyo político para esta noble causa ha sido insuficiente, quizá por la competencia que tiene con otras urgentes demandas sobre los gobiernos y sus recursos limitados. Sin embargo, existen argumentos que sugieren que si la carga de ceguera es atendida adecuadamente, liberará fondos necesarios para luchar por otras causas.
En consecuencia, sobre estas bases, los creadores de políticas sanitarias poseen fundamentos considerables para colocar la prevención de ceguera evitable a través de la cirugía de cataratas como una alta prioridad en las políticas de salud siendo este desafío no solo una demanda en salud, sino un imperativo moral y financiero de nuestros tiempos.
Si bien el trabajo en “Salud Ocular Comunitaria” estará definido por las necesidades de la población objeto en donde realizaremos el programa y son las necesidades de esa población y nuestra capacidad de resolverlas las que definirán a quiénes, cuántas y qué intervenciones podremos realizar, es importante tener presente algunos conceptos que nos ayudaran en la tarea de planificación.
La Clasificación Internacional de Enfermedades ICD11 (2018) (3-4-5-6-7-8) clasifica la deficiencia visual en dos grupos según el tipo de visión: de lejos y de cerca.

Deficiencia de la visión de lejos

  • Leve: agudeza visual inferior a 6/12 o 20/40 o 5/10 o 0.5
  • Moderada: agudeza visual inferior a 6/18 o 20/70 o 3/10 o 0.3
  • Severa: agudeza visual inferior a 6/60 o 20/200 o 1/10 o 0.1
  • Ceguera: agudeza visual inferior a 3/60 o 20/400 o 1/20 0 0.05

Deficiencia de la visión de cerca

  • Agudeza visual de cerca inferior a N6 o N8 a 40cm con la corrección existente.

Las equivalencias sirven a modo de ejemplo y para facilitar el estudio, es posible encontrar diferencias entre los países según la cartilla que se utilice.
En cuanto a datos epidemiológicos de ceguera por catarata, hacia fines de los 90s, varios epidemiólogos decidieron que se necesitaban llevar a cabo estudios más simples y menos costosos y complicados como para que los gobiernos, funcionarios de salud y oftalmólogos pudieran tener más información disponible y estandarizada que permitiera hacer comparaciones y seguimientos en el tiempo. El resultado fue el diseño de estudios RACSS (Rapid Assessment of Cataract Surgical Services) y RAAB (Rapid Assessment Avoidable Blindness). RACSS y RAAB son métodos estandarizados para medir la prevalencia de deficiencia visual y ceguera, evaluar la cobertura quirúrgica, identificar las barreras al acceso de la salud oftalmológica y medir los resultados luego de las intervenciones quirúrgicas. Son los datos arrojados por estos estudios los q nos ayudan a comprender en los distintos países la carga de ceguera y su distribución. (9)
En el presente capítulo se presenta un esquema de trabajo posible para la organización de un programa de salud ocular comunitaria enfocado a ceguera por catarata.
Para realizar un programa de prevención de ceguera por catarata tenemos que evaluar aspectos tales como accesibilidad a intervenciones y tratamientos, recursos humanos, motivos por los cuales la gente no se opera, tecnología disponible y recursos disponibles, tasa de cirugía de catarata, cobertura quirúrgica , la importancia de los resultados quirúrgicos así como conocer los trabajos epidemiológicos existentes donde los datos nos ayudaran a estimar el trabajo a realizar y una vez finalizado el programa la publicación de lo hecho.

Ceguera y Deficiencia Visual en el mundo

No es el propósito de este capítulo dar un detalle de la carga mundial de ceguera y de su distribución geográfica y etaria sino brindar una herramienta básica al oftalmólogo para tener en cuenta a la hora de organizar un programa de prevención de ceguera por catarata.
A nivel mundial existen 7.33 billones de personas vivas (año 2015), de ellas se calcula que aproximadamente 1300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia de la visión de lejos o de cerca. Con respecto a la visión de lejos, 188,5 millones de personas tienen una deficiencia visual leve, 217 millones tienen una deficiencia visual de moderada a severa y 36 millones son ciegas. Por otro lado, 1100 millones (o 1.1 billón) de personas padecen una deficiencia de la visión de cerca (10).

Las principales causas de discapacidad visual son (11):

  • De los 36 millones de personas ciegas la principal causa es la catarata (50%), luego el error refractivo no corregido y por último el glaucoma.
  • De los 217 millones de personas con MSVI (discapacidad visual moderada y severa) la principal causa es el error refractivo (42%), luego cataratas (33%) luego DMAE, glaucoma y RD

El crecimiento y envejecimiento de la población aumenta el riesgo de que más personas se vean afectadas por una deficiencia visual. A nivel mundial, las principales causas de la discapacidad visual son: Errores de Refracción no corregidos, Cataratas, Degeneración Macular relacionada con la edad, Glaucoma, Retinopatía diabética, Opacidad de la córnea y Tracoma. Las causas varían de un país a otro. Por ejemplo, la proporción de deficiencia visual atribuible a catarata es mayor en los países de ingresos bajos y medianos que en los de ingresos altos. En los países de ingresos altos, las enfermedades como la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular relacionada con la edad son más frecuentes. (12)

Aproximadamente el 80% de los casos de discapacidad visual a nivel mundial se consideran evitables. Existen intervenciones eficaces disponibles para prevenir y tratar las enfermedades oculares. Por ejemplo, el error de refracción no corregido se puede corregir con anteojos, mientras que la cirugía de catarata puede restaurar la visión. La rehabilitación funcional de la persona con discapacidad visual es eficaz para alcanzar el auto valimiento en las personas con una deficiencia visual irreversible. (12)
La catarata es la primera causa de ceguera en el mundo implicando una importante pérdida económica para los estados. Si bien a su formación pueden contribuir varios factores, está en gran medida asociada al proceso de envejecimiento y dado que la población de personas de edad en el mundo está aumentando este problema será aún más importante al menos que se tomen medidas urgentes. De acuerdo a los conocimientos actuales, no existen medios probados de evitar la catarata ni su evolución hacia la ceguera. Se trata, sin embargo de un trastorno susceptible de tratamiento quirúrgico, que junto con la corrección óptica del consiguiente defecto de refracción da por resultado el restablecimiento de la visión. (12)
La prevalencia de ceguera por todas sus causas, inclusive por catarata, aumenta con la edad, y es usualmente más alta en las mujeres. En todas las regiones del mundo los estudios han indicado que las mujeres de todas las edades están más expuestas al riesgo de tener una deficiencia visual que los hombres, esto puede atribuirse a una expectativa de vida más larga y al hecho de que en sociedades pobres las mujeres tienen menos acceso a los servicios de salud (13).

Ceguera y Deficiencia visual en América Latina

Latinoamérica es probablemente la mejor región estudiada en el mundo con respecto a la ceguera y la baja visión con 16 estudios epidemiológicos RACSS (Encuesta Rápida de ceguera por Catarata) y RAAB (Encuesta Rápida de Ceguera Evitable) en los últimos 10 años, así como una revisión muy completa de todas las publicaciones disponibles en los últimos 26 años. Estos estudios muestran a la catarata como la causa principal de ceguera en la región. (14)
Si bien la prevalencia de ceguera en adultos en Latinoamérica varía considerablemente según el país se estimó que en la mayoría de países de América Latina y el Caribe por cada millón de habitantes, 5.000 son ciegos y 20.000 tienen alguna deficiencia visual y que por lo menos, dos tercios de esos casos son atribuibles a enfermedades que se pueden tratar (15). Un estudio que examinó nueve RACSS llevados a cabo entre 1999 y 2006 indica una prevalencia de ceguera bilateral que varía entre 1,3% y 4% (tomando la AV que presentaba la persona) y de 1,0% a 3,5% cuando se utiliza corrección con agujero estenopeico (12). Aunque la mayoría de los estudios no cubrió países enteros, excepto Paraguay (16), Argentina (17) y Venezuela (18), las áreas geográficas estudiadas fueron una combinación de urbanas, rurales o conglomerados urbanos de grandes ciudades (19) e incluyeron grupos de ingresos medios y pobres. De este modo es probable que los resultados sean razonablemente representativos.
En los estudios RACSS y RAAB llevados a cabo en América Latina se halló que la catarata sin tratamiento fue la causa principal de ceguera con la prevalencia más alta en Perú y Guatemala, y la más baja en Brasil, Chile y Argentina. Aunque algo de la variación puede explicarse por las distintas edades de la población (por ejemplo, Cuba), y la diferencia entre áreas urbanas económicamente mejores (por ejemplo Brasil, y México) versus áreas rurales más pobres, los resultados demuestran que la región tiene que implementar una estrategia para reducir significativamente o eliminar la ceguera por cataratas.
Como ya señalamos en las encuestas RACSS y RAAB la catarata es más prevalente entre las personas de bajos ingresos en áreas rurales, mientras que problemas del segmento posterior son más frecuentes en las poblaciones urbanas. Hoy es necesario realizar más estudios epidemiológicos para evaluar el crecimiento de las patologías del segmento posterior, teniendo en cuenta que la estructura de edad poblacional cambia y adecuar así las políticas de prevención de ceguera y la infraestructura desarrollada para detectar y tratar las enfermedades oculares, especialmente para las poblaciones más pobres.

Cómo planificar un programa de prevención de ceguera por catarata:

De acuerdo a nuestra experiencia diferenciamos tres áreas que nos ayudarán a definir no sólo el lugar donde realizar el programa sino también, que intervenciones realizaremos y como lo llevaremos a cabo. Somos conscientes de no abarcar la complejidad de cada una de estas áreas pero es nuestra intención hacer una presentación de cada una.

1- Acerca del lugar donde desarrollar el programa:

  • Convocar, proponer y evaluar la respuesta de los actores sociales locales: municipio, ONG, Iglesias, comunidad médica y otros actores de la comunidad. Ministerio de salud de la provincia así como sociedades de oftalmología local y nacional. Es importante lograr el trabajo en red de estos actores.
  • Evaluar la existencia de otros programas de salud nacional, provincial y/o municipal, en especial de programas oftalmológicos.
  • Evaluar la capacidad quirúrgica en relación al acceso de la población a la misma. La esperada correlación entre oferta y demanda no siempre se manifiesta en la realidad. Por el lado de la oferta la falta de centros de cirugía de catarata en áreas rurales o marginadas, y el hecho que no todos los oftalmólogos hacen cirugía de catarata, significa que el número de oftalmólogos no nos ofrece una idea clara de la verdadera capacidad quirúrgica de una región.
  • Realizar convocatoria y capacitación de voluntarios dentro de la propia comunidad
  • El nivel profesional, ético y moral de los médicos afectados a la campaña debe ser óptimo. El mal servicio, incluyendo malos resultados quirúrgicos, se ha observado como un problema en Latinoamérica (20).
  • Si fuera necesario el cumplimiento de aspectos legales tales como la matrícula profesional de los médicos intervinientes, seguros médicos y terceros para voluntarios afectados.
  • Evaluar los recursos propios y convocar el acompañamiento de sponsors. Considerar los gastos extras de imprevistos médicos por complicaciones intra o post quirúrgicas (ejemplo endoftalmitis, luxaciones de lente intraocular o catarata al vítreo).
  • Prever derivaciones de urgencia o planificadas a centros de mayor complejidad. Pueden existir complicaciones clínicas o quirúrgicas que deban derivarse a cirujanos vitro retinales.
  • Finalizado el programa realizar la rendición pertinente
  • Evaluar la capacidad de los medios de comunicación locales (radio y prensa) para realizar la convocatoria de los pacientes y difusión del programa.
  • Evaluar las posibilidades de traslado, alojamiento y alimentación del equipo humano.
  • Evaluar barreras al acceso a tratamientos oftalmológicos. Es importante tener en cuenta que pueden existir barreras sociales, culturales y organizacionales que limitan la aceptación y la accesibilidad a los tratamientos oftalmológicos, creando una brecha entre los servicios médicos y las personas que padecen catarata u otros problemas oculares. Algunas barreras se originan en los mismos servicios oftalmológicos mismos y pueden ser únicamente solucionados allí. Otros problemas surgen de los pacientes, sus familiares y la comunidad. Estas barreras pueden superarse con campañas de educación de salud. La ceguera por catarata no aparece de un día para el otro sino que a veces pasan años hasta que la persona se vuelve ¨funcionalmente ciego/a¨ e incluso en cierta etapa se espera una corrección con anteojos creyendo que la perdida de la visión es el resultado lógico de la edad, ¨no saber que padecía catarata¨ es una barrera detectada de manera muy frecuente. En cuanto al ¨Miedo de perder la visión¨ está relacionado al hecho de que si existe un resto de visón o percepción de luz ,poner en riesgo la visión remanente produce terror. Estas barreras pueden ser eliminadas o reducidas con campañas educativas y de concienciación para las cuales será fundamental hacer uso de los medios de comunicación de la propia comunidad y la formación de los voluntarios locales (20). Otra dificultad es la calidad de los servicios disponibles ,los que también es objeto de preocupación. Mejorar la calidad de la cirugía de catarata y ofrecer corrección óptica postquirúrgica ayuda a optimizar los resultados visuales así como la cantidad de gente que acude a los servicios. Además, es importante tener en cuenta la reputación que tienen los centros de cirugía entre los potenciales usuarios, sea ésta realmente mala o sólo percibida como mala, ya que se sabe que los pacientes a menudo describirán su experiencia “de boca en boca” a otros miembros de la comunidad.
  • Contar con insumos y tecnología de calidad. Esto no quiere decir que el costo de la cirugía según la técnica (faco o msics) debe ser excesivo, existen numerosas alternativas en cuanto a lentes intraoculares y técnicas que hacen que los costos de la cirugía puedan ser mas altos o bajos pero siempre respetando los niveles de seguridad y excelencia (21).
  • Recabar los datos de ceguera evitable que hubiera en la zona o hacer estimaciones a partir de trabajos en poblaciones similares. Debemos tener en cuenta que las tasas nacionales son una función de los lugares encuestados y deben considerar cualquier otra información como las que ya hemos mencionado: barreras al acceso de salud, número de oftalmólogos, programas oftalmológicos existentes, barreras al acceso y resultados quirúrgicos.
  • Más allá de lo expresado existen indicadores que nos ayudan para planificar un programa de catarata. Por ejemplo la Tasa de Cirugía de Catarata (TCC) que se define como el número de operaciones de cataratas por año/por millón de habitantes, la Cobertura de los Servicios de Catarata (CSC por sus siglas en inglés) que se define como la proporción de pacientes (u ojos) con catarata «operables» que ya han recibido cirugía o la tasa de recuperación de la visión, SRR por sus siglas en inglés, que se define como la proporción de operaciones de cataratas que recuperan el sentido de la vista en personas bilateralmente ciegas con cataratas. Si bien cada uno de estos indicadores brinda datos muy útiles para la planificación y seguimiento de un programa de prevención de ceguera es necesario tener en cuenta las limitaciones de estos indicadores. Por ejemplo TCC es una importante medida de la cantidad de servicios de cirugía de catarata, de la distribución de los servicios de catarata entre provincias, entre localidades y entre el sector público y privado y nos brinda información del servicio en el tiempo pero no nos dice nada sobre el umbral de AV de las operaciones realizadas, no otorga información sobre el número de operaciones realizadas con relación a la población en riesgo dentro de áreas geográficas dadas en un país o región, tampoco nos brinda datos de los resultados visuales de la cirugía. Esto es importante ya que si los resultados no otorgan una recuperación significativa de la visión para personas ciegas o con deficiencia visual, no valdría la pena realizar la cirugía pero sí nos habla de la capacidad quirúrgica de un país o región. El cociente que si da esta información es la Cobertura de Cirugía de Cataratas. La Cobertura de Cirugía de Catarata muestra cuanto de la necesidad ha sido cubierta tanto por ojo como por persona ciega por catarata, es decir, muestra la proporción de todas las personas u ojos ciegos que recibieron servicios quirúrgicos independientemente del resultado visual. Esto indica que parte del problema se cubrió con cirugía y otorga una idea de la disponibilidad y acceso de los servicios quirúrgicos de catarata a la población del área de la encuesta.

2- Acerca de las intervenciones a realizar:

  • Tratándose de un programa de catarata se realizaran consultas oftalmológicas a pacientes mayores de 50 años, cirugías de catarata, controles posquirúrgicos y corrección óptica postquirúrgica tanto para la visión cercana como para la visión lejana que sin duda mejorará la calidad de vida de la población alcanzada por el programa.

3- Acerca de cómo llevar a cabo el programa:

  • Como mencionamos en el punto 1°, es importante realizar como primera reunión un encuentro con los oftalmólogos de la región, autoridades provinciales y municipales. El propósito de la reunión es convocar al trabajo conjunto así como explicar los fundamentos por los cuales fue elegida la zona para realizar el trabajo
  • Luego es necesario hacer una primera visita al lugar, hablar con los referentes locales, explicar que trabajo se propone hacer así como armar la red necesaria por parte de los diferentes actores de la comunidad. Convocarlos para la difusión del programa y capacitarlos sobre cuál es la población objeto, como detectarla y convocarla. El miedo a la cirugía, así como también la falta de conocimiento sobre la cirugía en sí misma es un tema importante a tener en cuenta, estos factores se pueden superar con educación (20).Considerando que los destinatarios de la campaña son adultos mayores, los cuales suelen tener dificultades para trasladarse solos, es importante que se concientice a las familias sobre la importancia de acercar a los pacientes tanto a las consultas como a la cirugía.
    En esa primera visita se realizará una clase de capacitación a los voluntarios locales. Este primer encuentro será importante no sólo para capacitar sobre tomas de agudeza visual, manejo de autorefractometro, colocación de colirios, sino para construir vínculos empáticos y consolidar el compromiso con la tarea.
    También se planificara acerca del alojamiento del equipo de profesionales que se trasladarán, la recepción e instalación del equipamiento, se elegirá el lugar de trabajo para la realización de las consultas y se evaluará donde se llevará a cabo la etapa quirúrgica.
    Las consultas oftalmológicas se desarrollarán con un esquema de puestos de trabajo donde es el paciente, con la Historia Clínica (previamente diseñada) en mano es quien se traslada de un puesto a otro. Estos puestos estarán debidamente señalizados y con lugares de espera cómodos. La escuela es un buen lugar para realizar las consultas, la disposición de las aulas facilita el esquema de trabajo que proponemos. La escuela es un punto de encuentro entre maestros, padres, autoridades de la comunidad, es un lugar de referencia y prestigio que sumará confianza y el acercamiento de los pacientes.
    Realizar esta etapa en la escuela nos hace visibles a toda la población, somos observados trabajando en equipo durante varios días. Haber capacitado a distintos actores sociales de la misma comunidad como voluntarios tanto para la etapa de consultas como de cirugías aumenta la confianza en el equipo médico siendo necesario en algunos casos ir a los domicilios de quienes no se presentaron a la etapa de cirugías las veces que fuera necesario a conversar con los pacientes y sus familias.

    Esquema de trabajo en puestos de atención:

    PUESTO N°1 FICHAJE
    PUESTO N°2 REFRACCION
    PUESTO N°3 TOMA AGUDEZA VISUAL
    PUESTO N°4 REFRACCION SUBJETIVA
    PUESTO N°5 PRESION INTRAOCULAR Y FONDO DE OJO
    PUESTO N°6 MOTOLIDAD
    PUESTO N°7 MIDRIASIS Y ESPERA
    PUESTO N°8 BIOSCOPIA Y OFTALMOSCOPIA
    PUESTO N°9 ANTEOJOS
    PUESTO N°10 DERIVACIONES Y CIRUGÍAS

    El equipamiento médico consta de autorrefractómetros computarizados, cajas de prueba, monturas, oclusores, tonómetros de mano, oftalmoscopios directos, oftalmoscopios indirectos, lensometro, lupas, barras de prismas, test de estereopsis, linternas, ecómetro, lámparas de hendidura, historias clínicas pre impresas, consentimiento informado pre impreso, carteles de prueba, ropa de identificación del equipo de trabajo, colirios, algodón, pañuelos. Debemos además tener en cuenta elementos de librería como abrochadoras, carpetas para archivar las Historias Clínicas (sugerimos hacerlo separándolas en tres: pacientes sin patología, pacientes que recibirán anteojos , pacientes quirúrgicos)
    El recurso humano estará formado por médicos oftalmólogos, ortopticos, voluntarios y técnicos ópticos.
    La experiencia nos enseña que debemos convocar a cirujanos con experiencia quirúrgica. Las características de los espacios donde se realizaran las cirugías que no están especialmente preparados para las mismas, la imposibilidad de resolver imprevistos y complicaciones en tiempo y lugar, la falta de experiencia en el trato con pacientes y familiares culturalmente diferentes a los que suelen tratar en las clínicas donde trabajan convierten la experiencia y el conocimiento en requisitos fundamentales para el éxito de las campañas.
    Todos los pacientes quirúrgicos deberán firmar el consentimiento correspondiente por duplicado quedándose con una copia y adjuntando otra a la HC. .Es importante asegurarse de que el mismo sea comprendido antes de ser firmado por el paciente y en lo posible comprendido también por un familiar.
    A modo de guía el equipamiento básico para la realización de la etapa quirúrgica puede incluir: facoemulsificador completo según la técnica a realizar (cassettes quirúrgicos, tips, sleeves, pieza de mano, piezas de irrigación aspiración y vitréctomos de cámara anterior), microscopios, esterilizadores, cajas de cirugía.
    En cuanto a los insumos y nuevamente solo a modo de guía: lentes intraoculares plegables o rígidos según técnica, lentes de cámara anterior, sustancias viscolésticas, bisturís 2.2, 2.4 o 2.75 mm, side port (1mm) o 15 grados y crescent. Camisolines estériles, batas para pacientes, gasas, cofias, cubre botas, barbijos y guantes estériles, miostat, BSS solución salina balanceada, suturas nylon 10-0, suturas vicryl 8-0, ganchos retractores de iris, jeringas: 1 ml, 5 ml y 10 ml, agujas 30G, 25 G y 18G, cánulas, protectores oculares y cinta transpore 3M, azul trypan, Lidocaína 2% ampollas, bupivacaína, adrenalina y dexametasona y gotas para el pre, intra y post quirúrgico.
    La cirugía con implante de LIO es más exitosa en restauración de la AV que la cirugía sin el implante. El continuo perfeccionamiento de las técnicas de cirugía de catarata puede disminuir eficazmente la tasa de ceguera evitable. Se ha demostrado que la técnica de Blumenthal, la cirugía manual de catarata con incisión pequeña, ofrece una alternativa compatible con la productividad y rentabilidad. (21). Cabe mencionar también que la cirugía de catarata por ser un procedimiento ambulatorio y cuya realización insume poco tiempo no compite con la escasez de camas no siendo estas necesarias.
    Por último para los controles post quirúrgicos es necesario llevar todo el equipamiento necesario para realizar una consulta oftalmológica completa. El primer control debe realizarse entre las 24 y 72 horas de realizada la cirugía y luego una segunda consulta a los 30 días teniendo en cuenta para esta ultima puede realizarse la refracción final, tonometría y fondo de ojos en caso de ser necesarios. En los casos complicados pueden ser más controles.

Palabras finales

Por último, si consideramos que la discapacidad visual y la discapacidad asociada con ella pueden generar discriminación y exclusión, además, de convertirse en una causa de pobreza, que la reducción de la ceguera y de la deficiencia visual mitiga la pobreza, mejora las oportunidades para la educación y acceso al trabajo de la población y reduce aún mas las inequidades de salud , que las intervenciones para reducir la ceguera por catarata son realizables, cuantificables y rentables y que la ceguera por catarata es un problema costoso y numéricamente significativo para los estados y en aumento por la mayor expectativa de vida podemos afirmar que dado que no hay terapias que hayan demostrado ser eficaces en la prevención para retrasar o detener la progresión de la catarata relacionada con la edad el reemplazo del cristalino por una lente intraocular, con una medición y técnica quirúrgica que garantice el máximo resultado quirúrgico, seguida por la corrección del error refractivo causado por afaquia, puede restablecer la agudeza visual a los niveles normales o casi normales. Es entonces necesario proporcionar servicios accesibles de cirugía de catarata y es compromiso de los oftalmólogos realizarlo.
En consecuencia, sobre estas bases, los creadores de políticas sanitarias, los oftalmólogos y las sociedades de oftalmología poseen fundamentos considerables para colocar la prevención de ceguera evitable a través de la cirugía de cataratas como una alta prioridad en las políticas de salud despertando conciencia del cuidado de la visión en la población con la comprobación de que es posible hacerlo.
Es fundamental lograr el compromiso sostenido de empresas proveedoras de insumos oftalmológicos desde el área de RSE, así como una articulación continua entre el ministerio público en todos sus niveles y distintas ONG tanto nacionales como internacionales para evitar grandes esfuerzos ,cuyas soluciones se diluyen en el tiempo. Esto será posible en la medida en que las gestiones y rendiciones sean prolijas y trasparentes de parte de todos los actores y se comprenda que la prevención de ceguera no sólo es un deber moral de quienes disponen de las herramientas necesarias, sino que provee también un beneficio de reconocimiento social por parte de los beneficiarios directos y de la comunidad médica en general.
En lo institucional queda la certeza de que es posible realizar acciones concretas en prevención de ceguera. En lo personal cada uno de los actores del programa experimentan la posibilidad de dar un sentido más profundo a sus saberes y competencias y estarán dispuestos a participar si la propuesta es seria y confiable. Tendrán además la experiencia de que es posible trabajar en equipo de manera armónica y exitosa con distintos profesionales

Conceptos importantes

La catarata es la primera causa de ceguera en el mundo implicando una importante pérdida económica para los estados. Si bien a su formación pueden contribuir varios factores, está en gran medida asociada al proceso de envejecimiento y dado que la población de personas de edad en el mundo está aumentando este problema será aún más importante al menos que se tomen medidas urgentes. De acuerdo a los conocimientos actuales, no existen medios probados de evitar la catarata ni su evolución hacia la ceguera. Se trata, sin embargo de un trastorno susceptible de tratamiento quirúrgico, que junto con la corrección óptica del consiguiente defecto de refracción da por resultado el restablecimiento de la visión.
Los creadores de políticas sanitarias, los oftalmólogos y las sociedades de oftalmología poseen fundamentos considerables para colocar la prevención de ceguera evitable a través de la cirugía de cataratas como una alta prioridad en las políticas de salud despertando conciencia del cuidado de la visión en la población con la comprobación de que es posible hacerlo.

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