En 2011, con una novedosa iniciativa, la Fundación Nano organizó la primera Maratón de Concientización sobre la Ceguera. El objetivo era, a través del deporte y un curioso desafío, lograr que los participantes entendieran cómo se siente perder la visión. La premisa era simple. Se debía correr en duplas: uno con ojos vendados o no vidente y el otro como guía. Se llevó a cabo en Bella Vista, en el Corredor Aeróbico, y fueron deportistas, runners profesionales y aficionados, alumnos de escuelas y personas con discapacidad. Desde entonces, el evento se convirtió en tradición .

En la sexta y última edición, el 10 de octubre de 2018, compitieron más de 700 participantes. Mientras completaban la carrera participativa de 500 metros, para la que tuvieron que reducir el tránsito en la avenida Perón, en San Miguel, sentían por primera vez cómo es ser ciego, rodeados de otros participantes en iguales condiciones. Entre los inscriptos estaban también los concurrentes del centro de día de la Fundación Nano.

«Estuvo buenísimo porque la gente también aprendió cómo tiene que llevar a un ciego si lo quiere ayudar», dice Ignacio Oviedo, delantero de Los Murciélagos, la selección de fútbol para ciegos, uno de los invitados estelares. «Muchas veces en la calle te agarran de la mano, muchos no tienen idea y la forma es dejando que el no vidente te apoye la mano en el hombro para seguirte».

Marcela Ordoñez se anotó por segunda vez en la carrera que ocupó dos carriles de una de las principales avenidas de San Miguel, a diferencia de años anteriores, cuando se organizaba en el Corredor Aeróbico Municipal. «Me pareció interesante conocer sobre la donación de córnea. No tenía idea de que era tan importante y que podía salvar la visión», decía la vecina de Los Polvorines, que fue a correr con su hijo, disminuido visual.

Es que con un stand, el CUCAIBA (Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires) anotó futuros donantes de órganos y difundió la importancia del trasplante de córnea. «Es una cirugía que permite recuperarse a muchísimos pacientes con serios problemas de visión», explicaba María Eugenia Nano, directora de la fundación e hija del doctor Hugo Nano, su creador.

Claudio Cruces, de CUCAIBA, explica: «Hay unas 11 mil personas esperando un trasplante de córnea en Argentina. El único requisito de donar es comunicar expresamente la voluntad en vida. Por eso la carrera que organiza cada año la fundación, más allá de que sirve para fomentar la inclusión y concientizar sobre la ceguera, apunta también a la salud pública».

Miguel Lázar compitió por primera vez en 2018. «Lo vi por internet, me anoté y vine solo. Tuve que buscar alguien que me guiara, e hicimos una parte vendados cada uno», cuenta. «La verdad fue muy emocionante. Por un lado, tenés que entregarte por completo a confiar en quien te acompaña. Y después empezás a escuchar todo amplificado: los ruidos de la gente, los gritos, las bocinas… por una vez te ponés en la piel de una persona ciega».