Al Impenetrable de Chaco, contra la ceguera
Fue una de las mayores cruzadas contra la ceguera encaradas por la Fundación Nano. En el corazón del Monte Impenetrable, con tres visitas, la ayuda de cientos de manos solidarias anónimas, el trabajo de oftalmólogos y asistentes voluntarios y la unión de distintas entidades, en 2018 se llevó a cabo la Campaña Oftalmológica Chaco. El resultado fueron más de 1.000 consultas, 70 cirugías y 600 pares de anteojos gratuitos para personas de parajes aislados que, en muchos casos, nunca habían consultado un oftalmólogo.
El proyecto fue organizado por la Fundación Nano, la Fundación Abre los Ojos de Mendoza, el Programa Visión Solidaria y la Asociación Chaqueña de Oftalmología (ACHO), con el apoyo del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) y la participación de la Municipalidad de Fuerte Esperanza.
Conociendo Fuerte Esperanza
La idea cobró fuerza en enero de 2018, y junto al doctor Alfredo Stone, al frente de la fundación mendocina Abre los Ojos, se iniciaron las gestiones para viajar a Chaco. Mientras el proyecto maduraba, entendimos que sería fundamental convocar a otras organizaciones de esa provincia, las verdaderas conocedoras del lugar y de su gente.
Así se sumaron los artífices del programa Visión Solidaria, de la localidad de Juan José Castelli, y la ACHO, quienes podían identificar fácilmente los territorios con mayor ausencia de servicios y población más vulnerable. Y se obtuvo el respaldo a nivel nacional del CAO, que avaló y acompañó el plan durante el año.
La primera visita y reunión fue en marzo, cuando viajamos a conocer Fuerte Esperanza, un paraje rodeado por caminos de tierra y monte, que durante la temporada de lluvia (entre octubre y marzo) queda completamente aislado.
El intendente Walter Bulinky Correa y su esposa Inés Ortega nos recibieron en su casa. Nos contaron que no hay oftalmólogo en lugar y, para atenderse, los pacientes viajan 140 kilómetros de tierra hasta Castelli, donde deben alojarse, si el clima les permite transitar la ruta y algún vecino o vehículo municipal los lleva, ya que no hay servicio de transporte público.
Recorrimos también parajes cercanos a Fuerte Esperanza, donde la gente vive de la crianza de animales, en condiciones de absoluta precariedad. Encontramos a adultos diabéticos, ciegos por falta de controles, y otros con glaucoma diagnosticado que no podían conseguir o comprar la medicación para controlar la enfermedad. Qué decir de los niños y adultos que jamás habían recibido una consulta oftalmológica.
Tras varios encuentros con autoridades de escuelas de la región y del hospital municipal, decidimos capacitar a 50 docentes de la Primaria y Escuela Familia Agrícola local para que trabajaran como voluntarios durante toda la campaña.
Volvimos a nuestros hogares con la decisión no sólo de llevar a cabo consultas y cirugías, sino también de detectar errores de refracción y entregar anteojos, al comprender que la falta de atención afectaba la dignidad y calidad de vida.
Las consultas
Del 29 de junio al 1 de julio se llevó adelante la etapa de consultas. Viajamos desde San Miguel, algunos en auto con equipos, otros en avión a Resistencia y luego en camioneta durante 8 horas hasta Fuerte Esperanza. También llegaron los colegas de Fundación Abre los Ojos y la gente de ACHO.
En total arribamos 20 personas a Fuerte Esperanza, donde nos esperaban los 50 voluntarios que habíamos formado durante la visita previa en la escuela primaria. Atendimos a 1.000 pacientes en tres días.
No se trató sólo de una acción sanitaria. A la gente (que además de Fuerte Esperanza, también había viajado hasta ocho horas desde Nueva Pompeya, Sauzalito y Comandancia Frías) se la asistió y escuchó. Fue importante el apoyo de un sacerdote que nos acompañó desde Buenos Aires: colaboraba durante la atención y luego celebraba la misa del pueblo. También el compromiso de los familiares de los pacientes y de cada voluntario del pueblo.
En total se recetaron 257 anteojos de lejos y 350 de cerca y se realizaron las derivaciones a cirugía, el próximo paso.
Entre las cirugías y la concientización
Cientos de personas y entidades colaboraron para poder llevar adelante la campaña. Empresas, laboratorios, ONG y particulares apoyaron la causa, y la Municipalidad de Fuerte Esperanza estuvo siempre presente, facilitando la comunicación con los pacientes (muchos eran pobladores wichí que hablaban en sus lenguas originarias) y cumpliendo lo prometido.
Entre el 2 y el 6 de septiembre, 16 voluntarios, cirujanos, anestesistas, colaboradores y coordinadores de campaña dejaron sus consultorios y tareas en Buenos Aires, Mendoza y Chaco para trabajar codo a codo en el pequeño hospital de Fuerte Esperanza.
Hubo que convencer a muchos pacientes de la conveniencia de operarse, además de ir a buscarlos. Durante esos días, el Municipio organizó una maratón de concientización de la ceguera. La premiación coronó la jornada: se entregaron los anteojos recetados en la etapa anterior.
En total se llevaron a cabo 44 cirugías de cataratas, 20 de pterigion (enfermedad conocida en el lugar como «carnaza», que genera el crecimiento del tejido ocular hasta, a veces, bloquear la visión) y una de chalazion (bulto o nódulo similar a un orzuelo).
Últimas operaciones: estrabismo
Las cirugías de estrabismo (desviación en la vista) se realizaron en la localidad de Castelli, debido a su complejidad y la necesidad de anestesia general para los pacientes. Fueron 11 operaciones, y se eligió para llevarlas a cabo el Día Mundial de la Visión, 11 de octubre.
Las fuertes lluvias dificultaron mucho el traslado de los pacientes hasta el lugar, pero el compromiso y la decisión de cumplir con la gente impulsó al municipio de Fuerte Esperanza a superar caminos anegados y cruces empantanados.
Para esta etapa viajó el doctor Hugo Nano, creador de la fundación e impulsor en todo el país de la prevención y rehabilitación de la ceguera. Con 89 años (cumplió 90 en diciembre de 2018) entró al quirófano en calidad de observador y asesor.
Satisfacción y ganas de inspirar
La campaña nos dejó la certeza de que es posible coordinar acciones concretas para prevenir la ceguera en todo el país. Ayudó, tanto a los oftalmólogos como a los auxiliares médicos, a darle un sentido mucho más profundo a sus saberes y competencias, y demostró que cuando los proyectos son confiables y serios, su compromiso es estoico.
No fue sencillo conseguir los insumos, cubrir todos los gastos y organizar a profesionales con diferentes maneras de trabajar y criterios médicos. Estamos seguros que institucionalmente la Fundación Nano resultó fortalecida: decidimos trabajar con otras organizaciones privadas de oftalmología y se concretó de forma armónica y exitosa, ya que la experiencia potenció a las tres organizaciones.
En materia de salud pública, quedó demostrado que en Argentina la ceguera por cataratas sigue siendo una problemática sin abordaje. Este tipo de campañas, realizadas sistemáticamente, posibilitarían el acceso a la salud oftalmológica de los habitantes mas aislados del país.
Hoy Fuerte Esperanza es un mojón del Chaco donde no hay graves problemas visuales sin tratamiento, pero no deja de ser una isla en el inmenso océano del Noreste Argentino.
Coberturas periodísticas
«El grupo de oculistas que necesita ayuda para su misión solidaria en el Impenetrable»
TN, 23/05/2018.
«Los oculistas voluntarios que viajan al Impenetrable de Chaco para luchar contra la ceguera»
Clarín, 1/09/2018
«Oculistas solidarios: ya viajaron al Impenetrable y van por un nuevo desafío»
TN, 15/09/2018
«Fueron al Impenetrable a darle lucha al estrabismo»
LM Neuquen, 15/10/2018
«Los oculistas solidarios que viajaron al Impenetrable de Chaco para operar a gente de pueblos aislados»
Clarín, 13/10/2018
«Los oculistas solidarios que viajaron al Impenetrable de Chaco para operar a gente de pueblos aislados»
Línea Prensa, 13/10/2018
«Cruzada solidaria: un grupo de oculistas operó en el Impenetrable»
La Voz de Chaco, 15/10/2018